miércoles, 27 de abril de 2011

(El diario de los vientos I) El nacimiento del hada Nash

Lejos de aquí, muy lejos, se desató una tormenta que duró mas de mil años, la nieve cubría todas las cosas, el Chaltén, era todo blanco, el desierto era blanco, los ríos eran blancos…
Muchos magos, Arunk entre ellos, estaban preocupados, la profecía contaba de un mundo blanco donde se apagó el Sol. Luego de consultar con el oráculo, Dos hadas de aire y un chamán iniciado partieron, sin esperanzas, hacia la tierra del este buscando un lugar donde no hubiera hielo.
No pronunciaron una palabra desde que salieron de la Cueva de las Manos. Caminaron veinte lunas, llegaron cansados, débiles y con los peores presentimientos.
Pero de repente todo cambió…
Una pluma yacía en la playa, el chamán la tomó, las hadas del aire la bendijeron con su aliento y lentamente, entre los tres, dibujaron un Hada sobre una piedra. Cuando ella despertó y apartó su espíritu de la roca habló en una lengua antigua:
-No teman, ha nacido un hada nueva: Nash, el hada del mañana, protectora del Sol y del alba. Velaré todas las noches para seguir el camino del Sol. Saldrá todas las mañanas y su calor tendrá más poder que la nieve. Con el tiempo, se cubrirán de pastos y animales nuestros desiertos. No teman, el sol saldrá mañana.
© Luna Blanco

lunes, 18 de abril de 2011



Miedo

¿Dónde vas mi niño, con pasitos ligeros?

¿dónde vas mi niño con tus manitos abiertas? ¿Qué anhelas?

Tus huellitas en la arena te hacen grande, te hacen hombre.

Si quieres, río contigo, si quieres, lloramos juntos,

pero no te vayas de mi lado a crecer, no salgas al mundo.




¿Dónde vas, mi niño, con paso firme?

¿Dónde vas, con los puños en alto? ¿A qué te enfrentas?

Tus huellas en el árido camino te hacen más grande, más hombre.

Si quieres, lucho contigo, si quieres, cambiamos el mundo.

Tus alas vuelan solas. Ve, niño. El Universo es tuyo.




¿Dónde vas, mi niño, con ese paso trémulo?

¿Dónde vas, con los brazos caídos? ¿A qué le temes?

Tus huellas en la hierba se van borrando.

Si quieres, sostengo tu mano, si quieres, te muestro el camino.

Tus ojos ya han visto todo… no pertenecemos a este mundo.